Compré un anillo valorado en 550€ en un punto de venta dentro de El Corte Inglés. En ningún momento se me informó de que requiriera cuidados especiales ni de que el baño de oro blanco se desgastaría con el tiempo. Al cabo de apenas un mes, el color comenzó a desaparecer y el anillo pasó de ser blanco a tener un tono amarillento. Al acudir a la tienda para exponer el problema, lo primero que hicieron fue culpar a mi pH corporal, hasta que quedó demostrado que el desgaste se había producido por la parte externa del anillo, la cual no está en contacto con la piel, desmontando así su argumento inicial.
Cuando pedí una solución, me ofrecieron arreglarlo, pero a coste mío. Solicité la devolución del dinero, ya que me aseguraron que aunque lo arreglaran, el color volvería a irse y tendría que seguir pagando por su mantenimiento cada pocos meses. En ningún momento se me advirtió sobre este problema al momento de la compra, ni de que se trataba de una pieza que requeriría reparaciones continuas ni de la política de devoluciones, lo cual considero una falta de transparencia total.
Tras varios días intentando resolver la situación con la marca, lo único que obtuve fue la oferta de una reparación gratuita por única vez, reconociendo de nuevo que el problema se repetirá en el futuro. Acepté esa solución al no tener otra alternativa, pero aún así tardaron más de un mes en devolverme el anillo cuando inicialmente me prometieron que estaría listo en dos o tres semanas.
En definitiva, una experiencia decepcionante tanto por la calidad del producto como por la atención recibida. No volveré a confiar ni en esta marca ni en su punto de venta en El Corte Inglés, y desaconsejo totalmente realizar una compra de este tipo sin garantías ni un servicio postventa que esté a la altura del precio que se paga.
